La última vez que escribi algo en el blog fue en junio de 2005. Wow. Han pasado ya casi dos años. Y si en sus inicios el blog se llamaba "sincoherencia a los 28" ahora debería titularse a los 30... pero para que poner un título tan restrictivo... Mejor "sincoherencia en los treintas" así tengo unos años más para ir llenando esta pagina html antes de cambiar el título.
Y es que en la sincoherencia me muevo. Estoy rodeado de proyectos que empiezan, y siguen empezando. Este fue uno, pero también hay otros. La vuelta a la universidad. El retorno a la guitarra. El invento del juego del bar. La empresa de consultoria de marketing y comunicación. La práctica de deporte. La dieta para una vida sana. La eliminación de la adicción al tabaco. Seguro que me olvido alguno. Ah! Sí. La supervivencia en el trabajo.
Tantos proyectos han vuelto a modo de resumen en mi cabeza que me han acabado por estresar el sueño esta noche. Algunos estan más avanzados que otros y otros algo atrasados. Pero no hay prisa. Despacito y buena letra. La prisa mata.
Y ya que he observado que la sincoherencia, es aparentemente mi forma de vivir dejaré que ésta fluya sin restricciones, y así veré hacia donde conduce. Sin embargo, he de admitir que hay unas sólidas bases establecidas. Imagino la quizás típica metafora visual, la via de tren que luego se divide en diferentes vias. Pero el tren no se divide para coger una via u otra. Sino que se hace más grande, se alarga, y sin separarse discurre por todas las vías. Y continua. Y avanza. Y giran las vias. Y se retuerzen. Y el tren sigue sin romperse. Poco a poco el tren va abandonando una via. Y luego otra. Y finalmente el tren transcurre por una o dos o tres vías paralelas que llevan a sitios diferentes. Y es que aparentemente, no hay coherencia. Pero esto es simplemente una metáfora que espero sirva para expresar la coherencia que existe aparentemente.
